martes, 20 de mayo de 2008

Nuestro barrio judío



En la historia de la villa de Ribadavia, hemos de destacar el asentamiento de los judíos. Un pueblo que desde que llegó, allá por el siglo XI y hasta que fueron injustamente expulsados por los Reyes Católicos en el año 1492 no dejó de crecer, llegando a ser la mitad de la población.


En ese momento, aunque muchos judíos decidieron huir otros muchos se sometieron a la depuración de su religión siendo juzgados en la Casa de la Inquisición.


Pero los judíos no se limitaron a vivir sin más en esta bonita villa sino que se unieron e integraron plenamente con la gente nativa de aquí y prueba de ello es que cuando los ingleses por problemas de reinados intentaron atacar Ribadavia, ellos asumieron la defensa de la Muralla de la Magdalena y la Puerta Nueva situada próxima al Castillo de los Sarmientos.


Como cualquier barrio antiguo, sus calles son muy estrechas, aunque eso sí en perfecto estado de limpieza pues todos y cada uno de los vecinos que allí viven se encargan de que así permanezca.

Adentrándonos en las calles que forman este barrio judío y después de dejar la Plaza Mayor, en la que está el Ayuntamiento y la Torre del Reloj, nos encontramos con la Plaza de la Magdalena en la que se encuentra la sinagoga, el lugar de rezo de los judíos en aquellos tiempos, junto a la Iglesia de la Magdalena en la que se celebra la cena medieval de la Fiesta de la Historia y una de las puertas que cerraba las murallas del castillo


Desde aquí, siguiendo nuestro recorrido, podemos acceder a la calle Santiago en la que se encuentra la Iglesia de Santiago y el Museo Etnológico o bien retroceder y dirigirnos hacia la Plaza de San Juan, en la que se encuentra la Iglesia que lleva su nombre.


De todas formas, tomes el camino que tomes, todo te parece un círculo sobre el que tu puedes girar y para que no te canses que mejor que reponer tus fuerzas en la taberna del Papuxa o saborear los ricos dulces hebreos que puedes adquirir en la Tahona de Herminia.



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